viernes, 3 de junio de 2011

Redes de palabras para que en el sur y en todos lados, México LEA… Y también ESCRIBA


Hermes Castañeda Caudana
– Su archivo está dañado –me dice Doña Yola, con tono de preocupación en la voz. Tal vez, incluso de solidaridad porque minutos antes, ella me miró llegar con evidente prisa y entusiasmo a realizar aquella impresión a su papelería, cuando las manecillas del reloj avanzaban inclementes, con rumbo a las cinco de la tarde.
     – ¡Qué mala suerte! –exclamé, en tanto un sudor frío perlaba mi frente, mientras repasaba para mis adentros lo que tendría que hacer si es que deseaba llegar a tiempo al correo para enviar aquel escrito que hice de última hora, casi decidido a no participar en el Premio al Fomento a la Lectura: México Lee 2011.
     Segundos después, llegó a mi celular el mensaje de Azael –quien tanto me insistió para que concursara–, sacándome del fatídico error: “El correo cierra a las tres”, me avisaba.
     – ¡Todo por dejar asuntos importantes para el final! –me reprochaba en voz baja camino a casa, a la par que negaba enfáticamente con movimientos de cabeza. Era tal mi desazón, que ni siquiera me importó que los demás pasajeros de la combi me contemplaran con una mezcla de compasión y desconcierto, quizá por su mala fortuna de coincidir con un fulano que hablaba solo y gesticulaba, sin un interlocutor visible que lo acompañara en sus lamentos.
     Luego de encender mi computadora, sin embargo, me aguardaba otra sorpresa. ¡La convocatoria marcaba como término para la recepción de trabajos el día 31 de mayo! – ¿Y qué día es hoy? –pregunté en voz alta dirigiendo la mirada hacia Arles, que como toda respuesta me propinó un húmedo lengüetazo. – ¡Es 30! –corroboré en mi laptop y entonces la tristeza dio paso a las exclamaciones de júbilo, acompañadas de los saltos y ladridos de mis cachorros, acostumbrados de sobra a oírme hablar con el silencio.
     Al otro día por la mañana, camino hacia una escuela secundaria adonde entrevistaríamos a varios jóvenes para hacer un texto sobre “la moda y los adolescentes”, mi amiga Ilda y yo pasamos al correo y dentro de un sobre bolsa, envié la esperanza de que mi utopía sea conocida y a lo mejor abrazada por otros. – Es un trabajo para un concurso –aclaré a la persona que me atendió amablemente en las instalaciones del servicio postal. – ¡Mucha suerte! –me dijo con una sonrisa que en verdad me alentó, aquella atenta mujer mientras dejaba impreso ante mi mirada satisfecha, el matasellos indicando la fecha límite para que mi escrito fuera tomado en cuenta en el certamen.
     En ese sobre, mandé la recapitulación completa de mis motivaciones y del trabajo realizado a partir de la oportunidad brindada en Redes del sur para que fuera posible, el despliegue de mis aspiraciones literarias. A veces se gana y otras no, pero esto no es lo crucial, sino hacer saber a otros el sentido que tiene para ti eso que haces porque crees en ello con todas tus fuerzas.
     Mi convicción, es que a través de la difusión de obras literarias en que se escucha la voz de sus talentosos autores, otros pueden enamorarse de los libros y la lectura. También, creo en el poder de las palabras que de uno nacen y merecen ser comunicadas a quienes, además de abrevar de ese manantial de letras asimismo descubren que, como los noveles autores que se atreven a escribir su vida, ellos pueden ser artistas. “El ladrón de libros”, “La Educación a debate”, “Poemario”, “Entre el barro y la espinilla” y “Escribir nuestra vida” han dado forma a una utopía. Gracias al apoyo de mis queridos amigos, al entusiasmo de tantos nuevos escritores y a la maravilla de crear una red cada vez más grande y sólida de amantes de las palabras, he confirmado que si lo utópico se entiende como lo aspirable –no como lo imposible–, los sueños también tocan puerto y uno puede advertir que en el trayecto, se ha cumplido el propósito de lo que ayer fue tan sólo una idea afiebrada.
     Muchas gracias a todos quienes han sido parte de este andar. Los invito a seguir visitando nuestros blogs y comentando los escritos de tantas autoras y autores, a fin de consolidar esta Red de palabras para que en el sur y en todos lados, México Lea… y también Escriba.
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