lunes, 25 de abril de 2011

Un Manual para perversos


12 de marzo de 2011
Era un sábado por la tarde. Afuera del Museo a la Bandera y Santuario a la Patria, algunos curiosos husmeaban entre los puestos de libros. Adentro, iniciaba la presentación del “Manual para perversos”. Al frente estaba, rodeado de amigos, José I. Delgado Bahena: el escritor.
     – ¡Cómo es posible hacer un manual dedicado a la perversión! –murmuraban varios de los ahí congregados.
     – ¡Qué descaro! En mis tiempos no se veían esas cosas –apuntaban otros.
     – ¡Qué delicia! ¡Por fin alguien nos entiende! –decíamos algunos más.
     Sin embargo, nadie se movía. Nos hallábamos expectantes. Temerosos o, los más descarados, ansiosos de parecernos un poco a un perverso o perversa, protagonista de alguna de aquellas cuarenta y nueve historias. Porque, ¿quién no ha navegado en internet, buscando alejarse de su triste soledad? ¿Quién no ha dado malos pasos o ha envidiado a quien los da? ¿A quién de ustedes no ha inquietado alguna vez el demonio de los celos?
     A ello, agreguemos que los escenarios dibujados por la pluma del autor, a muchos nos son sospechosamente familiares. Tanto como las situaciones recreadas. No obstante, a Delgado Bahena no le interesa retratar la realidad, sino arrojar destellos sobre nuestra cotidianidad. A través de ello, podemos sufrir con sus personajes, desear conversar con ellos y a cambio de su desnudez, contarles también sin ambages nuestra historia. ¡Quién fuera uno de aquellos perversos, y no solamente el canalla triste que se bebe sus desventuras como delicioso mezcal en cada texto!
     Qué gran riesgo, José, ser retratado por tu imaginación, tú que observas con aguda inteligencia los entuertos de este mundo y nos los devuelves como figuraciones, por medio de tu escritura. Cada miércoles te continuamos leyendo, quienes apenas asir tu peligroso manual, no lo dejamos hasta que el Tigre volvió del paraíso para tomar entre sus brazos a Sofía y desposarla. Porque además, este cuento por el que un día fuiste galardonado, corona las historias que le anteceden en tu libro.
     Esta obra, sin embargo, no es la primera. Antes ya habíamos degustado tus “Malditas palabras”. Te disfrutamos en “Huilotl Texotli”. Vivimos contigo “La noche de las cabras”. Miramos el mundo “Con ojos de perro”. Y también nos volvimos un poema, “Azul como el pecado”.
     Ahora, en tu “Manual para perversos” nos seduces una vez más. Tras la última página, los lectores ya somos adictos a tu manera de recordarnos, como espectador de la vida –y audaz protagonista–, la desfachatez del género humano.
     Afortunadamente, la tinta de tu pluma no se agota. Cada semana estás ahí, entre las páginas del diario que con atino acoge tu talento, y en tu blog, que como cometa deja estelas fulgurantes de tu audacia, en cualquier rincón del planeta.
     Qué privilegio ser tu amigo. Más aún, un asiduo lector de tus palabras.
     Y usted, estimado lector, ¿qué tan perverso se siente hoy? Escríbanme: el_ladron_de_libros@live.com.mx

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