lunes, 25 de abril de 2011

¿No será puro cuento...?


23 de octubre de 2010
¿No será puro cuento…? Solemos preguntarnos tras escuchar los relatos que la tradición oral se ha encargado de preservar, en boca de quienes están convencidos a plenitud, de la existencia de mujeres que no tocan el suelo al caminar, animales que lloran por hambre y prometen riqueza a cambio de ser rescatados, o bien, hombres que comen diablitos cuando confunden a éstos con tornachiles güeros. 
     Sin embargo, “algo” tienen esos relatos que exaltan nuestra imaginación, y de repente ya estamos en medio de haciendas abandonadas o de casas en ruinas, sintiendo tras la oreja el resoplido del viento que se filtra por la ventana, y nos hace exclamar un ¡ay!, de asombro, en tanto sentimos que se nos pone “chinita” la piel. 
     Quién sabe por qué, pero después de una buena ración de estas historias, ¡hasta da miedo volver a quedarse solito!, apagar la luz, mirar fijamente hacia la penumbra, levantarse en medio de la madrugada para beber el agua que reclama nuestro cuerpo o deshacernos de la que le sobra, porque, ¡Dios bendito!, ¿ya estará por ahí el perro negro, acechándonos? ¿O de pronto tendremos enfrente a Satanás para ofrecernos riqueza, a cambio de adueñarse de lo que más queremos?
     Aunque probablemente tales figuraciones, se deban al haber leído hasta muy entrada la madrugada, los relatos compilados a través de la convocatoria impulsada por el Consejo Nacional de Fomento Educativo hace algunos años, de nombre “Cuéntanos lo que se cuenta”, que dio lugar al libro “¿No será puro cuento…?” ¡Y cómo no!, si en esa obra se encuentran textos como “¡O todo o nada!”, donde se dice de alguien que halla la entrada a un sitio lleno de tesoros, de los cuales no puede llevar consigo nada más una parte. También, está “Tecuanicha”, relato que explica el origen del nombre de la localidad donde se suscita la extraordinaria transmutación de una mujer en tigra; o “El duende enamorado”, que habla del rapto de una joven, elegida por un duende obsesionado y galante.
     El deleite será memorable, iluminando las palabras y frases de estos bocadillos de misterio y terror, solamente con la luz de las velas y acompañándolos con café de olla, fuerte y aromático, o, ¿por qué no?, dándose valor con un buen mezcal, los más grandes y miedosos. 
     Ahí está, en algún lugar de tu biblioteca escolar, o en el estante principal de tu librería más cercana, otro excelente libro que te sugiero esta temporada, ¡acércate a él!, si te atreves…  
     Nuevamente, les invito a escribir un texto autobiográfico relacionado con las celebraciones de muertos en nuestras ciudades, localidades y familias. En él, narren vivencias pasadas o presentes asociadas con estas festividades, sin exceder 600 palabras. La fecha límite es el 27 de octubre. Si sus obras son seleccionadas ganadoras, cuenten con una recompensa. Les espero en: el_ladron_de_libros@live.com.mx

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