lunes, 25 de abril de 2011

A Marisol, mi maestra en la cancha de la vida


28 de agosto de 2010
En abril de 1997 no se hablaba todavía de la perspectiva de equidad de género en México, lo recuerdo con toda claridad porque fue ese año cuando conocí a Marisol, y un día mientras caminábamos por la Gran Vía, en la hermosa Madrid, charlábamos a propósito de la desigualdad prevaleciente en la sociedad mexicana, entre los varones y las mujeres, al igual que acerca de la ausencia de propuestas para modificar esta preocupante situación, entonces, fue que ella me comentó sobre uno de sus libros favoritos, ¿el nombre? “Pateando lunas”.
     En él, lo supe después de escucharla con atención reseñarme emocionada la trama de aquella obra, se planteaba la osadía de su joven protagonista, Mayte, al realizar contra todo pronóstico el mayor de sus anhelos: jugar al futbol. 
     En la historia, como pude confirmarlo al disfrutar su lectura, el escritor uruguayo Roy Berocay “toma al toro por los cuernos” y haciendo gala de ingenio, así como de un travieso sentido del humor, a través de una escritura sencilla presenta una inteligente crítica a los estereotipos que limitan aquello que deseamos hacer y que muchas veces se halla condicionado por el sexo que se posea, tras lo cual no existen argumentos racionales, sino simplemente se nos dice que hay ciertas cosas “prohibidas” de anhelar, si socialmente no se consideran “adecuadas” según seas hombre o mujer. ¡Qué tontería! Parece decirnos Mayte a lo largo de la historia, porque ella no se detiene a pensar en cómo miran los demás lo que sobre todo en el mundo, aspira a materializar; de esta manera, pese a la censura que le quieren imponer los guardianes de la tradición, ya estén representados en la insoportable prima Esther o en las vecinas chismosas del barrio, la pequeña a que da vida Berocay en “Pateando lunas”, encarna a cada persona, cualquiera que sea su sexo, que decide su lugar en el mundo sin dar oportunidad a que otros lo hagan por ella.
     Pasados trece años de aquellos ayeres en Madrid, ¡qué paradoja!, todavía hoy al igual que Mayte muchos niños, niñas y jóvenes se ven limitados en sus gustos e intereses, por imposiciones de algunos adultos, ya sean padres, madres, maestros u otros sujetos, que a partir de la estrechez de su visión, señalan lo correcto y lo incorrecto, lo permitido y lo vedado, expresándolo en sentencias mutiladoras de la personalidad de los seres humanos: los hombres que practican ballet son “maricas”, las niñas que juegan con lodo son “marimachas”, ¡es terrible si los varones juegan a “la comidita”!, ellas, por ningún motivo, deben soñar que patean la luna… ¿No creen ustedes que ya es tiempo de cambiar?
     El día de hoy, les invito a contribuir para modificar estas formas de pensar, arcaicas y estrechas de miras, ¿qué les parece? El reto, consiste en escribir una experiencia, ya sea propia o de alguien que conozcan, que se haya atrevido a desafiar los roles tradicionalmente asociados con el hecho de ser mujer o de ser hombre. Los mejores escritos serán publicados en Redes del sur, así como habrá interesantes recompensas para sus autoras o autores. Las condiciones son que se trate de textos inéditos, mismos que por medio de una narrativa clara y que atrape en su lectura, den a conocer vivencias inspiradoras con perspectiva de equidad de género, el límite, son 600 palabras. Les espero desde este momento, hasta la medianoche del siguiente miércoles, en: el_ladrón_de_libros@live.com.mx

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