lunes, 25 de abril de 2011

Ella, la peor del mundo


18 de diciembre de 2010
“Los indios se dirigen a la feria de Amecameca. Frente a ellos corren las aguas de los torrentes y tienen, ante sí, una de las más hermosas montañas mexicanas, cuya mole se yergue majestuosa bajo las heladas mañanas. Ignoran que en San Miguel Nepantla ha nacido una niña que más tarde se llamará Sor Juana Inés de la Cruz. Esa niña soy yo.” Así, da inicio el primer capítulo de “El don apacible de Sor Juana Inés de la Cruz. Décima musa de la Nueva España”. Se trata de su autobiografía apócrifa, escrita por dos viejos libreros de lo antiguo: Nicolás y Esteban Casillas Gómez.
     En esta obra de ediciones Luzbel, fechada en 1986, se recrea tanto la época en que vivió Sor Juana, como las circunstancias en que ella enfrenta al mundo, en pos de saciar el hambre de conocimiento que descubre desde niña, y que hace que, para sí, los libros sean como el pan de cada día.
     Por medio de una narración en primera persona, ella nos permite mirar con sus ojos el devenir cotidiano. El énfasis, sin embargo, en todo momento se halla en su propia formación como ávida lectora, y en el genio que desarrolla desde la infancia, contra todo vaticinio para cualquier mujer de aquellos tiempos. Era tanta su afición por aprender, dice al iniciar el segundo capítulo, que incluso en un momento dejó de comer queso únicamente, porque alguien le dijo que si no lo hacía, se volvería tonta.
     Ante sus ojos desfilaron los clásicos grecolatinos, así como los autores españoles: Lope de Vega, Calderón, Miguel de Cervantes Saavedra, entre muchos más. A partir de su llegada a la capital, a las lecturas hechas en la biblioteca de su abuelo se añadieron paulatinamente, según nos narra, aquellos libros que compró en el Portal de los Agustinos, o bien, con los señores Francisco Lupercio y Agustín Santiesteban, pero sobre todo, en la librería de la señora Mary Benavides, con quien incluso realizó lecturas del índice de libros prohibidos, llamados así porque su contenido, era considerado “difusor de criterios erróneos en materia de fe o moral”, o bien, “corruptor de las buenas costumbres”. ¿Según quiénes? Por supuesto, de acuerdo con las valoraciones –y conveniencia– de las autoridades eclesiásticas, eternas reguladoras de “lo decente”, definido en oposición a lo que acaso, más inquieta por desearse con fervor.
     Ante la imposibilidad de estudiar la Universidad, como todos sabemos, continúo su carrera autodidacta, incluso ya ordenada monja jerónima. Aguzando cada vez más la pluma y el ingenio, hasta ser considerada "peligrosa", como suele calificarse a quien desarrolla un pensamiento propio y se atreve a alzar la voz, como se consideró en el siglo XVII, y se sigue creyendo hoy.
     Ella, “la peor del mundo”, como lo firma en su testamento. Mujer dueña de sí, que cultiva la apacibilidad como un don que le permite sobrevivir. Febril escritora. Invariablemente serena ante las inquinas que buscaron silenciarla. A quien arrebataron lo que más amó: sus libros, debido a la más corrupta mezquindad. Depositaria de odios y temores de personajes intrascendentes para la Historia. En tanto Ella, gloriosa ave fénix, resurge una y otra vez, encarnándose en cada persona que se atreve a ser inteligente, a pesar de que esté prohibido.
     Estas consideraciones en torno a la novela que leí con avidez a partir de encontrar tal tesoro entre los libros de Don Ramón Nava y Nava, “Decano de los Libreros en México”, van como un homenaje hacia esta obra y sus autores; misma, que volverá con mi dilecto amigo a las ferias del libro anuales, celebradas en nuestra región, tristemente con una apagada respuesta por parte del público.
     También hoy deseo, que la vocación que la Décima Musa mexicana tuvo siempre hacia la sabiduría, inspire a otros a enfrentar el riesgo de perderse, para después encontrarse a sí mismos como nunca antes, entre las páginas de un libro. Háganme llegar un comentario en torno a la máxima escritora mexicana, Sor Juana Inés de la Cruz, y sus aportes a la literatura. Los más creativos serán recompensados con un ejemplar de sus poemas. Les espero en: el_ladron_de_libros@live.com.mx

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