lunes, 25 de abril de 2011

¿Dejas entrar a John Ajvide Lindqvist?



21 de agosto de 2010
Debo confesar, que hasta hace poco me resistí a la tentación de leer novelas de vampiros, sobre todo porque tras acudir a salas de cine, contagiado por la euforia ante las versiones cinematográficas de un par de ellas, salí fascinado por sus efectos visuales, para olvidar pasados algunos días, los argumentos de tales historias; sin embargo, al escribir estas líneas, tengo ante mí, colocada en un sitio privilegiado de mi mesa de lectura, una novela con la que me encontré casualmente, como suelen tener lugar ciertas coincidencias memorables. Lejos me hallaba de imaginar que John Ajvide Lindqvist, autor de esta obra a la que me refiero, lograría atraparme justamente con una narración de este tipo, no obstante, quizá deba reformular esto último porque, no… “Déjame entrar” no es simplemente “otra” novela de vampiros.
     En la sinopsis del libro, éste se antoja por demás interesante cuando se menciona la relación entre Oskar y Eli, protagonistas de la trama, unidos por las circunstancias después de que “ella” aparece en el barrio como su nueva vecina y ejerce sobre él una extraña fascinación hasta surgir entre ambos una estrecha amistad, que dará nuevos giros a sus vidas, ahora entrelazadas. Esta relación florece dado que así como Eli es peculiar, por la rareza de su aroma, nunca sentir frío, además de aparecer y desaparecer algunas canas de su cabello, Oskar, de doce años al igual que Eli, también es alguien inusual: se trata de un ser solitario, adicto a las golosinas y que colecciona recortes de prensa sobre asesinatos particularmente atroces. Ello, además de la fuerza que aflora de dos soledades que al encontrarse dejan de serlo, hace que se vuelvan necesarios uno para el otro, que aprendan a quererse, y que surja de cada uno lo mejor de sí.
     Es gracias a este encuentro crucial, que Oskar, cuya personalidad se dibuja al principio pusilánime, se atreve a enfrentar el terrible acoso del que lo hacían objeto varios compañeros mayores del colegio, quienes lo orillaban a humillarse y le infringían indignantes agresiones, situación, que tristemente prevalece en cualquier contexto, como se ha revelado que tiene lugar en tantas escuelas mexicanas. También es debido a estos lazos entre dos seres, que trascienden lo humano o sobrenatural de su esencia, que Eli se muestra capaz del sacrificio de sus propias urgencias, en pos del cariño hacia quien revive en sus adentros, sensaciones aparentemente impropias de una criatura de la noche, que para no perecer, precisa de sangre, líquido vital del que requiere nutrirse, ya sea valiéndose de Håkan, quien durante algún tiempo fue su siervo, o bien, del dinero que a falta de compañía en el mundo, pareciera sobrarle.
     “Déjame entrar”, se perfila como una novela reivindicatoria del género de terror, en honor a los grandes maestros del mismo, uno de ellos, lo confirmará la posteridad, habrá de ser sin duda el autor de esta obra, admirador a la par de Cortázar y Morrisey; brillante expositor de la nueva literatura sueca, que incursiona con paso firme, como refiere la Academia de aquel país y lo ratificamos sus lectores, en el panorama de la mejor literatura contemporánea.
     El día de hoy, deseo felicitar a Zuemy A. Flores, por su respuesta a la convocatoria para escribir sobre el tema “Mi libro favorito”; un poco tarde, pero compensado por la calidad de su texto. Además, ¡continúo en espera de la respuesta acertada al anterior Juego de ingenio!
     Esta vez, les invito a que formulen uno sobre la mejor novela de vampiros que hayan leído, como saben, se trata de un acertijo escrito en el estilo particular de quien lo elabore, por supuesto, con una recompensa para el más creativo, ¿se animan? Espero sus participaciones desde este instante y hasta la medianoche del próximo miércoles, en: el_ladrón_de_libros@live.com.mx

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