¿Cuál es el sentido de TU vida?

11 de septiembre de 2010

Entramos a ese sitio para curiosear aquí y allá entre títulos de películas, al igual que carátulas de discos y videos al por mayor, mostrando intérpretes de moda y vestigios de otras épocas, a un lado y otro de los amplios pasillos de aquel lugar, en el centro comercial. ¡Qué lejos estaba de pensar que ahí lo conocería! Nos presentó Azael, quien con gran entusiasmo y entendido de mi pasión por los libros, me dijo con la expresión en el rostro de quien sabe que está a punto de sorprender: ¡Mira lo que encontré! En efecto, ahí estaba, mostrando en su portada seres de diferentes colores y estilos en el peinado, casi todos corriendo en la misma dirección, en tanto uno de ellos, detenido, me miraba con ojos de duda que parecían cuestionarme, o al menos eso sentí, quizá mis propias culpas y demonios, eran en realidad responsables de aquella sensación. Entonces, fue el título lo que atrajo mi atención: “El sentido de la vida”. 
     Hace tiempo leí a Viktor Frankl, fundador de la logoterapia, a través de la cual ayudaba a sus pacientes a descubrir el sentido de sus vidas; a veces, éstos llegaban a verle con la desesperanza pintada en el rostro y arrastrando la desilusión por todo en su andar a través del mundo, entonces, él solía preguntarles, ¿y por qué no se suicida usted? De lo que contestaban, ellos mismos podían derivar “sus respuestas” acerca de vivir el día a día con porqués, aunque a veces los olvidaran, o bien, los sepultaran en lo gris de un existir al que sentían no hallarle justificación. Y ahora… ¡tenía ante mí un libro que emulaba lo que tanto me había cimbrado en otra época! ¿Cómo no leerlo y apreciar sus originales imágenes?
     En “El sentido de la vida”, Oscar Brenifier y Jacques Després, escritor e ilustrador de la obra, respectivamente, contrastan doce ideas muy diferentes sobre el tema; en sus páginas, nos van mostrando interesantes planteamientos visuales y afirmaciones contrarias una de otra, por ejemplo, nos conducen a considerar lo siguiente: “Algunos piensan que la vida es tener un trabajo para ganarse la vida y encontrar un lugar en la sociedad”, más adelante se afirma: “Otros creen que uno desperdicia su vida si hace demasiados esfuerzos; que pierde su tiempo trabajando”, en tanto, las ilustraciones nos muestran a dos individuos sentados cada uno ante una mesa de trabajo, tras de ellos (¿o ellas?) hay pilas de libros; ambos vestidos de amarillo, con distinto peinado y expresiones en el rostro, uno, enfocado en su labor, consultando gustosamente un libro; el otro, mantiene las manos entrelazadas con la vista puesta en ningún sitio, esperando no se sabe qué. Así, se nos presentan sujetos y situaciones opuestas, mientras se mencionan ideas también contrarias acerca del sentido de la vida, que nos conducen a preguntarnos: ¿La vida tiene más sentido cuando se poseen muchas cosas o cuando no hay nada que estorbe? ¿Se trata de estar muy ocupado y tener numerosas actividades o no hacer nada en absoluto y contemplar tranquilamente cómo transcurre lo cotidiano? ¿Se vive para sufrir o para obtener placer? ¿El objetivo de la vida es ser feliz o hacer buenas acciones para ganarse la felicidad? ¿Vivimos para los demás o son un estorbo? ¿Debemos olvidar la muerte o tener en mente la fragilidad de la vida, admitiendo que ésta no durará para siempre? ¿Hay que tratar de hacer realidad los sueños o tomar cada día como viene? Y al final, ¿hay una sola respuesta para cada interrogante? Los autores, no nos las ofrecen; como ellos, pienso que ésa debe ser tarea de cada cual, así, que mejor te pregunto: Y tú, ¿qué opinas? 
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